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viernes, 15 de julio de 2011

La mujer de arena

La luna me está mirando, llena casi como un plato y el mar... hoy sí que es de plata. Cierro los ojos y trato de acomodar mi respiración a un ritmo adecuado. Pero la sangre me golpea con una fuerza, que necesita todo mi resuello... No tengo valor para volver a subir los párpados. El agua lame mis pies, pero no encuentro placer en ello... Sé que cuando vuelva a mirar, no estará ahí.

A la de una, a la de dos, a la de tres...

Un muñeco de arena me sonríe, descomponiéndose levemente por culpa del levante. ¡Parad los vientos por favor! ¡Parad los vientos! Grito desesperada en medio de la playa desierta, en la noche desierta. Mi voz resuena en los barrancos. Mis lágrimas, que caen sobre sus impersonales ojos de tierra, aceleran su fin.
La marea que sigue subiendo, se llevará los trozos que queden de él, a alguna otra parte. Me gustaría y sé que a él le gustaría acabar en algún arrecife de coral, redeado de peces de colores. Quizás en la próxima luna llena, ser una de sus escamas.

Me advirtió que era un sueño, pero ¿acaso no somos todos seres soñados? Imágenes construidas de pedazos pequeñitos, minúsculas montañas y castillos de arena, agua y aire.

Una noche de luna llena como hoy llegó a una playa, llorando a los mares: pidiendo ser piedra para no sentir. Y yo le devolví la vida poco a poco, beso a beso. Como el río que dibuja cañones, o el viento que deshace a la montaña. Le convertí en arena, en nada. Me convirtió en arena en nada. Aquí estamos pulverizados. Muñecos. Granos que se deshacen, montículos de antigua vida...

A la de una, a la de dos, a la de tres...

Se atreve a abrir los ojos. Me mira. Piensa "no está nada mal mi muñeca". Y juguetea con mis manos, obra de sus dedos y también de su congoja. A mí me gustaría gritar, que mi voz retumbara en los barrancos: "que se paren los vientos". Pero los vientos siguen, las olas me siguen lamiendo los pies y amanece. Y ya él no pide ser piedra. Lo he curado. Querría seguir acariciando su piel, y en el fondo lo hago. Mientras no salga de esta playa, mientras queden granos de mí en su colchón seguiré estando viva... Qusiera que lo supiera...que le devolví la vida poco a poco...beso a beso...
Pero no puedo hablar...yo sólo soy un ser soñado.

2 comentarios:

  1. Oye, qué bonito. Me he liado un poco pero es muy sugerente. ¿Quién es quién? Voy a leerlo otra vez, a ver si me entero mejor. Me gusta que dé pie a la imaginación y no esté cerrado sino desgranado y azotado por el viento.

    Como moléculas de polvo de hada... ¿o no?
    Y me gusta ver a Peter pan en la columna derecha.

    Besos Ina

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  2. Jajajjaa me encanta que no sepas quién es quién porque este relato es lo que pretende...que sea incomprensible...que sea como un sueño...¿qué más da quién sueña? Todos soñamos, creador y creación son la misma cosa.

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